Oklahoma city. Eran aproximadamente las 9 de la mañana cuando Lee Hanson recibió la llamada de su hijo Peter desde el vuelo United 175, “papa esto va mal…acuchillaron a la aeromoza, tienen gas pimienta, muchos pasajeros están vomitando…creo que quieren estrellar el avion contra un edificio…no te preocupes papa…si pasa algo será algo rápido…Dios mío ”. Esas fueron las ultimas palabras que Lee escucho de su hijo. Este avión se estrellaría a las 9:03 contra la segunda torre. “
En ese momento, a las 6 con 3 minutos en Los Ángeles, despertábamos con unos amigos en la casa de Omar, un amigo Salvadoreño, inmigrante y veterano de la primera guerra del golfo. Entro agitado, tirando la puerta y gritando “Estados Unidos esta bajo ataque, están atacando al país”. Así comenzó la primera guerra del siglo 21, la primera que se libraba contra una organización clandestina.
En Washington DC, 9 años 7 meses y 21 días después el presidente Obama observa tensamente a través de una pantalla de video como Osama Bin Laden, autor intelectual de los ataques de septiembre 11 de 2001, muere a manos de comandos SEAL de la Marina de Estados Unidos en Pakistán.
Esta muerte probablemente no acaba con esta inusual guerra. Osama Bin Laden –OBL- era ahora mas una especie de presidente honorario y no el principal jefe operativo de la organización terrorista. Al-qaida sigue viva pero golpeada. De hecho Eric Holder, fiscal general de país, dijo que “la lucha no ha terminado aun y que no se puede estar confiado”. Aquí no aplica el dicho que muerta la cabeza muere el cuerpo. La razón es que Al-qaida no es mas una organización única, jerárquica y verticalista con jefes y subalternos al estilo de un ejercito basado en un solo país y con Bin Laden como jefe absoluto. Al-qaida cambio para convertirse en una idea que seduce a muchos en diferentes regiones del mundo. Se parece mas a una corporación que “vende” franquicias y estas son operadas individualmente por quienes la “compraron”.
El Dr. Steven Spiegel, director del centro de estudios del Medio-Oriente en UCLA esta de acuerdo con esto. En una entrevista con CNN afirmo que “detrás de Bin Laden hay mas de dos décadas con un ejercito ideologico de seguidores alrededor del mundo y estos militantes han creado sus propias al-qaidas.” Algunos, sin embargo, si creen que la desaparición de Bin Laden afectara la unidad y posiblemente la operatividad de la red terrorista y esperan disputas en su interior, “Bin Laden era muy bueno para unir a sus militantes con sus mensaje” dijo Paul Cruickshank analista de CNN.
Pero esto no debería despertar esperanzas sobre su desaparición o el final del conflicto. Al-qaida es una “organización muy paciente, ha sobrevivido dos décadas y no se va a apresurar” para emprender nuevos atentados dice Erroll Southers, experto en la lucha contra el terrorismo de la Universidad del Sur de California. Esta es una guerra de baja intensidad entre la nación con el ejército mejor entrenado del mundo y un grupo clandestino altamente organizado que se mueve entre sombras. Al-qaida sabe que no puede ganar, pero buscara hacer daño. Por eso esta lucha va para largo.
Que hay detrás de esta perseverancia de Al-qaida? En corto: una cultura, una ideología. Estas son independientes de las figuras que las impulsaron. Por lo mismo, la muerte de Bin Laden podría ser irrelevante a largo plazo y por eso es que funcionarios del gobierno han recalcado que la lucha contra esta y otras organizaciones terroristas no ha acabado.
Esta ideología de Al-qaida es una explosiva y contagiosa mezcla política y religiosa. Bin Laden y sus seguidores tienen un entendimiento ortodoxo de la ley islámica mezclada con reivindicaciones políticas concretas: reclaman el retiro de Israel de tierras palestinas y se declaran “enemigos de la alianza Judío-Americana”; quieren “expulsar a los usurpadores Israelíes y Americanos de los santos lugares musulmanes.” Esto dicen “es para un musulmán un deber y una obligación lógica y religiosa”. Estas son ideas que diferentes grupos extremistas islámicos apoyan.
En esta lucha política y mal entendida como religiosa, estos grupos no reconocen la legitimidad de los canales jurídicos del derecho y escogen la técnica terrorista en busca de hacer avanzar sus intereses políticos. Para Al-qaida, la excesiva influencia de la cultura occidental y el desbalance político a favor de los países occidentales, son dos de los más importantes motivos detrás de su lucha terrorista. Esta ideología no muere con Bin Laden. Esa es la razón de fondo para sepultar su cuerpo en el mar y no en un país donde su tumba se convertiría en sitio de peregrinaje y herramienta de reclutamiento.
Hay que aclarar que estos grupos extremistas no representan al Islam, una religión con más de un billón de fieles. Ahmed Bedier, presidente de Voces Unidas por América y ex director de la organización islámica CAIR afirmo que OBL “no representa a los musulmanes, el no representa al Islam. El se represento asimismo”. El presidente Obama lo dijo claro: Estados Unidos no esta en guerra con el Islam.
Lo cierto es que a cuatro días de la muerte de Bin Laden es muy pronto para determinar con certeza la peligrosidad de Al-qaida. Lo que si esta claro
es que la muerte del cabecilla simbólico afectara las emociones de sus seguidores, pero no su resolución de atacar a Estados Unidos.
Esta muerte también trae para algunos la sensación de que se cierra por lo menos el capitulo emocional de la tragedia. Trae la sensación de justicia impartida que buscaban las familias del 9-11. Desafortunadamente solo es esto, porque seguirán extrañando a los suyos como Lee Hanson seguramente sigue extrañando a su hijo Peter muerto en la torre dos a las 9 con tres de esa mañana.
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